Desde hace unas semanas llevo practicando con los platos de cuchara. Empecé con unas lentejas pardinas que no necesitaban remojo. Después cociné alubias pintas y en esta ocasión he probado a cocinar fabes, auténticas fabes o al menos así me las han vendido. Las he cocinado en el horno kamado, pero las podéis realizar en cualquier tipo de cocina, aunque si soy sincero y después de la prueba del otro día, creo que el sistema de con carbón me parece el que mejor resultado le da.
Realizadas a una temperatura baja, en el interior a menos de 100º. Durante dos horas y media (me costaron menos que las alubias pintas) y añadiéndole agua mineral parar elaborarlas. Las he querido hacer a mi manera y esta manera mía han sido acompañarlas con embutido de La Safor, morcilla, blanquet y chorizo. Por último y como nota absolutamente fabulosa, le añadí unos boletus edulis que tuve la suerte de coger a principios de octubre.