martes, 20 de abril de 2021

Arancini di riso


Después de casi un año de ausencia en el blog os pongo una nueva receta. Ha sido una periodo de mucho pensar, de saber hacia donde voy y de comprender que los proyectos están para llevarse a cabo. Por eso retomo el blog pero sin prisas, sin ningún tipo de propósito, nada más que el de seguir compartiendo recetas como hago desde hace 12 años.

Sigo haciendo mi cocina que se basa en los arroces desde hace mucho tiempo pero de vez en cuando introduzco alguna receta diferente porque me apetece compartirla y probarla con mi familia. Es por ello que hoy retomo el blog con una receta bastante peculiar, los Arancini

Se trata de una de las comidas por excelencia de la cocina siciliana. Sus orígenes podrían estar entre los siglos IX y XI durante la dominación árabe en los banquetes donde se servía un plato con arroz cargado de verduras. De ahí, con el paso del tiempo aparecieron estas esferas que resultaban más fáciles de transportar para comidas campestres por parte de los comensales. El término Arancini traducido al italiano sería el de "Naranjitas" debido a su forma y a su color anaranjado que le aporta la presencia del azafrán en la elaboración de la receta.

Suelen llevar diferentes rellenos como queso, jamón o setas, pero existe una amplia gama en la cocina siciliana y en la cocina italiana. La receta que os traigo es una de tantas existentes donde la elaboración de un risotto es la base al que luego se le incorpora un trozo de queso cuando se forma la bola que más tarde se fríe y adquiere ese tono dorado.

Vamos con la elaboración.

Ingredientes:
 225 gr. de arroz tipo senia
250 ml. de vino blanco
6 hebras de azafrán
750 ml. de fondo de pollo
75 gr. de mantequilla
100 gr. de cebolla
1 diente de ajo
50 gr. de queso parmesano
Tomillo
Sal
 
Mozzarella 
 
Para el rebozado:
75 gr. de harina
1 huevo batido
75 gr. de pan rallado
AOVE para freír 
 
Elaboración: 
Picamos bien la cebolla y el ajo. 
 
 
 
En una olla ponemos la mantequilla y doramos la cebolla y el ajo a fuego suave. 
 

 
Una vez bien pochado agregamos el arroz y mezclamos bien para que la mantequilla se vaya integrando bien.
 

 
Vertemos el vino blanco y las hebras de azafrán y dejamos cocinar hasta que se evapore. 
 
 
 
A continuación añadimos la sal y vamos vertiendo cazos de caldo cada vez que se evapore. Removemos constantemente para conseguir que suelte la amilopectina y no se pegue en el fondo. Cocinaremos unos 18 minutos aproximadamente o hasta comprobar que el arroz comienza a pegarse. 
 

 
El caldo siempre será relativo. Si tenemos el fuego fuerte necesitaremos probablemente más, por lo que suelo recomendar cocinar a fuego suave-fuerte.
Una vez finalizado el tiempo añadimos el queso rallado y mezclamos bien.
 

 
Volcamos en una bandeja ancha y amplia para que repose y no se cocine en exceso. Dejamos reposar en nevera al menos 5 o 6 horas al menos (yo lo tuve 24 horas).
 
 
Sacamos de la nevera y formamos bolas de unos 40 gramos. 
Trabajamos preferentemente con las manos húmedas. Hacemos un pequeño agujero donde introducimos un trozo de queso y volvemos a redondear para dejarlo en el centro de la bola.
 

 
Pasamos por harina, luego por huevo y al final por pan rallado.
 
 
 
Freímos en abundante aceite de oliva a fuego moderado suave para que coja ese tono anaranjado. Colocamos en una bandeja con papel de cocina para absorber el exceso de aceite.
 
 


 
Ya los tenemos listos para comer. Se pueden comer calientes o a temperatura ambiente pero eso sí, os recomiendo acompañarlo con un vino blanco bien frío, una copa de cava o un prosecco.
 
Bon profit! 

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