"Tortà" de almendras

El post de hoy es casi más una reflexión. No por la receta que os traigo que quizá con alguna variante, todos hayáis preparado una torta de almendras, es por lo que me está sucediendo. Hace bastante tiempo que no siento lo que cocino, no me salen las cosas como a mi me gusta hacerlas y como soy una persona que o se pone a hacer las cosas o no las hace, creo que ha llegado la hora de tomarse un respiro. La elaboración de hoy me ha costado muchos disgustos hasta que la he conseguido sacar y la verdad es no es complicada. No me siento a gusto con lo que hago y con el resultado, por lo que esta será mi última entrada en un tiempo. Si las musas deciden volver a poner en mi cabeza las ideas, volveré, de no ser así, prefiero no hacer recetas banales que no le interesan a nadie y mi blog no está para ir rellenándolo con cosas superficiales. Las cosas las hago con cariño y con pasión y si esto se acaba, se acabó el blog.

Una vez dicho esto, os explicaré un poco el origen de esta receta. La "Tortà" de almendras es una elaboración típica del pueblo que tanto he nombrado en este blog y del que me siento profundamente enamorado, Xàbia. Desde bien pequeño, acudía con mis padres a la Pastelería Diego que se encontraba antes en el centro del pueblo. Siempre ha sido reconocida por sus postres con almendra, siendo uno de los sitios donde mejor la trabajan. Vamos allá con los ingredientes.

Ingredientes:

6 huevos

250 gr. de almendras crudas sin pelar

250 gr. de azúcar

Ralladura de limón

Canela

Un poco de moscatel (opcional)

Sé que no es época en la que se puedan encontrar almendras para quitarles la cáscara, pero como este año me dieron un saco con almendras de la variedad marcona y en esos meses estuve ingresado en el hospital sin tener la posibilidad de poder utilizarlas, la semana pasada recordé que las tenía y en una sentada y con martillo en mano, ahí que estuve cascándolas, durante una tarde entera. La almendra marcona es la de mayor calidad del mercado y la que suelen utilizar en Xixona para elaborar sus famosos turrones, los turrones de verdad claro. He de decir que estas, pese al tiempo transcurrido, aún se encontraban en perfecto estado.

Vamos allá con su elaboración.

En el vaso de un robot de cocina o con la ayuda de una picadora, molemos lo más finamente que podamos las almendras. No les quitaremos la piel, le conferirá un sabor característico. Si no se tienen con piel, utilizamos sin, pero como es digo su sabor y aroma, cambiará.

Separamos las claras de las yemas y con una varilla las batimos hasta llevarlas a punto de nieve.

En un bol, batimos ligeramente las yemas separadas y con cuidado para que no se nos bajen las claras vamos añadiéndolas, dando cuartos de vuelta rápidos con ayuda de una espátula de silicona.

Seguidamente añadimos el azúcar y las almendras y efectuamos la misma operación. Trabajamos delicadamente para que no se baje la "esponja" que es como se le denomina.

Ponemos la mezcla en un molde de silicona o metálico engrasado y enharinado. Metemos en horno precalentado a unos 175º, durante unos 40 o 45 minutos.

Sacamos del horno y dejamos reposar para poder desmoldar más fácilmente.

Una vez desmoldado, espolvoreamos por encima un poco de azúcar glas.

A la hora de servir, podemos cortarlo como queramos. Yo he decidido utilizar un molde de aluminio pequeño y hacer círculos. Lo acompañé además, con un poco de mermelada de calabaza que me dieron el otro día y la combinación es fantástica. Ah y si podéis tomarlo, con un chupito de moscatel, pero del bueno, del que hacen en Teulada o Xaló, muchísimo mejor.

Bon profit y hasta pronto o no!