Hacía cerca de 3 años que no veía chayotes en la tienda donde suelo comprar la verdura habitualmente. Seguro que muchos de vosotros no lo conocéis. Es por ese motivo que pensé elaborar una crema sencilla con esta cucurbitácea ideal entre otras cosas para realizar tortillas que quedan esponjosas y con un sabor suave y muy peculiar. Luego os contaré más cosas del chayote, pero he querido preparlos junto a unos botones de remolones o díscolas que para mi son deliciosos y acompañados de unos germinados de guisantes de la empresa Germinarte que son absolutamente increíbles. Si cierras los ojos y los pruebas, te recuerda al sabor de un guisante fresco o al de una haba. Esto es debido a que en estos germinados, se concentran los aceites esenciales de cada planta y por lo tanto poseen una potencia asombrosa. Los terminados no los ponemos en los platos para hacer bonito, hacemos que creen una simbiosis, como en este caso el sabor bastante neutro del chayote, el sabor a "terruño" del rebollón y toda la potencia del campo con el guisante. Una mezcla que a mi no me ha dejado indiferente. Vamos allá con la elaboración.
Ingredientes:
4 chayotes
1 cebolla mediana
Pimienta negra
AOVE
Sal
Rebollones botón
Germinados de guisantes
El chayote es el fruto de la chayotera (Sechium edule). Es una planta de la familia de las cucurbitáceas (pepino, melón, calabaza). Son enredaderas perennes que provienen de América central. Arraigadas desde hace tiempo en la Comunidad Valenciana aunque muy poca gente las conoce. Son fáciles de cultivo, ya que como toda planta trepadora, casi crece de forma salvaje. Se pueden encontrar cultivados y salvajes. Los primeros con un menor peso y un color más amarillo pálidos y las segundas con un color verdoso y de un tamaño mayor. Su uso está centrado en la elaboración de tortillas como si fuese una tortilla de calabacín, por ejemplo, en cremas y para hacer ciertas sopas. Su carne interior es muy fibrosa. También conocida como la papa del aire o papa del pobre. Posee 22 calorías por cada 100 gr. por la que lo hace ideal para cualquier tipo de dieta.
Siempre que elaboro una crema le añado una cebolla, le aporta suavidad y realza su sabor. Al menos esa es mi percepción.
Cortamos la cebolla en juliana y la pechamos con el AOVE.
Pelamos el chayote y lo cortamos en mirepoix. Al pelarlo, comprobaremos que posee una gran cantidad de fécula.
Lo añadimos a la cebolla que se habrá blanqueado. Añadimos pimienta negra molida, sal y un poco de agua. Tapamos la olla y cocinamos unos 20-25 minutos.
Una vez esté blanda, dejamos que todo el agua desaparezca aumentando la potencia del fuego.
Con la ayuda de un robot de cocina o de una batidora, trituramos hasta obtener una consistencia homogénea.
Pasamos por un colador para eliminar la parte más fibrosa de este fruto y ya la tenemos lista para tomar. Si lo deseamos, cuando la trituremos, añadimos una cucharada de mantequilla.
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