lunes, 22 de mayo de 2017

Pisto con algas, huevo frito y morcilla


Que las algas me gusta trabajarlas es algo que muchos de vosotros ya sabéis. Que intento usarlas de una manera razonable y al alcance de todos los públicos. Como siempre digo hay mucho desconocimiento con ellas y cuando la gente las relaciona con la cocina, le viene a la memoria un intenso sabor a mar. En la receta de hoy he querido preparar una receta que llevaba años sin realizarla. Un pisto de verduras. Sí, un aparente simple pisto de verduras, pero que para alcanzar los resultados que uno quiere, debe darle constantes vueltas.


Y que mejor manera para realizar este pisto que usar las algas en salazón que tiene Javi Algas en su puesto del Mercado de Ruzafa de Valencia. Un puesto que si no lo conocéis, es indispensable visitar para que podáis ver toda la clase de algas que actualmente hay a la venta. Os sorprenderá. Yo he usado 3 algas que le aportan, textura, mayor sabor a la elaboración y volumen. Y estoy seguro que los que hayan visto la foto de la portada dirán: ¿Algas con huevo frito y morcilla? Pues sí, los que han tenido la suerte de probar esta receta les ha gustado y os aseguro que alguna de ellas cuando ven que cocino algo con algas salen corriendo por la puerta. Control con cabeza, pero de vez en cuando hay que adentrarse en universos que nos aporten sabores maravillosos.



Ingredientes para el pisto:
1 cebolla grande
2 ajetes tiernos
1 calabacín
Dos botes grande de tomate de pera entero
20 gr. de alga wakame
20 gr. de alga kombu
20 gr. de espagueti de mar
AOVE
Vino blanco o moscatel
Sal y azúcar

Huevos
Morcilla (tipo bufa de Gandía)


Picamos finamente la cebolla (brunoise).


La pochamos en una olla con AOVE y la dejamos hasta que blanquee.


Cortamos el calabacín también en brunoise.


Agregamos a la olla con cebolla y dejamos rehogar. 


Cortamos los ajos finamente.


Añadimos los ajetes tiernos y agregamos los tomates de pera con su caldo.


Desalamos las algas si las consumimos en salazón debajo del grifo. Le quitamos parte de la sal pero toda para no tener que añadir más. Las picamos


Añadimos al guiso.


Dejamos cocinar lentamente. Esa es la clave de la elaboración, hacerlo desprecio y sin prisa. Añadiremos un poco de azúcar a la elaboración cuando esté cerca de finalizar.


Así es como tras más de una hora debe quedar el pisto. Dejamos reposar al menos 24 horas para que los sabores se asienten.



Para finalizar acompañamos con un huevo frito y un trozo de morcilla de las que no se tienen que freír. Nos aprovisionamos de un pan de calidad y lo tenemos lista para disfrutar. Creo que esta receta será de vuestro agrado.

Bon Profit!

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