lunes, 29 de agosto de 2016

Penne rigate con salsa de tomate y hoisin, con anchoas y katsuobushi


El mundo de la pasta siempre me ha resultado muy interesante, pero como me pasa con los arroces, le tengo respeto porque la pasta no es solo cocer unos espaguetis y ponerle por encima una salsa y ya está. No, al igual que el arroz tiene su técnica para que esté al dente y no pasarnos con un exceso de salsa. Un plato de pasta mal elaborado es como hacer un arroz pasado con una presencia penosa. Por eso mi respeto y mi máxima prudencia al elaborarlo. Siempre utilizando productos de primera, empezando por la pasta. No sirve cualquiera, debemos exigir una que posea un trigo bueno.


He querido realizar una receta relativamente sencilla aunque utilizando ingredientes un poco “diferentes. He usado salsa Hoisin, láminas de Katsuobushi y semillas de sésamo negro. Espero que sea de vuestro agrado porque creo que la mezcla con sabores potentes a mar, mitigados con la salsa de tomate y hoisin es una buena combinación. Pero como siempre digo. Vosotros sois los que tenéis que dar el veredicto y no yo.

Ingredientes:
500 gr. de penne rigate Barilla
6 tomates de pera pelados
4 cucharadas de Salsa Hoisin
1 cucharada de azúcar moreno
Sal
1 cebolla
1 lata de anchoas
10 gr. de Katsuobushi
Sésamo negro
AOVE

Elaboración:
Prepara la salsa de tomate. Pela los 6 tomates de pera escaldándolos. Trocea en rodajas. 
Corta la cebolla en biselé muy fina. Sofríela en AOVE hasta que esté bien transparente pero no quemada. Añade los tomates y deja cocer unos 35-40 minutos fuego suave. Añade el azúcar, la sal y cuando veas que está a punto la salsa (se quedará bien espesa y el agua de los tomate habrá desaparecido, aludimos la salsa hoisin y cocina unos minutos más para que se asienten todo los sabores. Reservamos.


Cuece los penne rigate unos 7 minutos para que queden al dente. Cuela y no los remojes.
Pon en una sartén grande los penne regate y añadimos la salsa de tomate. La cantidad que pondremos es la que nos guste, pero no debemos ponerle en exceso. Los italianos nunca inundan la pasta con salsa, siempre en su justa medida.

Salteamos unos instantes y colocamos en el plato. Le añadimos unos trozos de anchoas troceadas y unas láminas de Katsuobushi. Estas al ser tan finas, se moverán en el plato y le darán un efecto visual increíble. Ponemos un poco de sésamo negro y ya los tendremos listos para comer.



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